La bella y extravagante Yma Sumac

¡No! María Callas (1923-1977) no ha sido la voz más extraordinaria.

Tampoco lo fue Joan Sutherland (1926).

Si nos alejamos del mundo occidental y llegamos a India, nos encontraremos con la bella voz de Lata Mangeshkar (1942), la cantante más gravada del mundo; pero tampoco ella lo es.

En algún programa, de esos Top 10 que abundan, vi que la voz más extraordinaria de estos tiempos es la de Mariah Carey (1970). Aunque no confío en esa información, ni comparto la opinión.

Pero aún existe una mujer que, a pesar de estar retirada de los escenarios por su avanzada edad, es sin duda la voz más extraoridnaria que he escuchado en mi vida. La peruana Yma Sumac (1922 aproximadamente) podía alcanzar notas desde el registro bajo de barítono hasta por arriba de una soprano coloratura sin dificultad. Esta extraordinaria cantante no se dedicó a la ópera, como se pensaría por su grandiosa voz, como lo hicieron las divas más famosas. Su repertorio incluía piezas originales de compositores contemporáneos escritas para la voz única de Yma, así como canciones tradicionales de América del Sur. Cualquier papel de ópera le quedaba muy pequeño. Tan no encasillada estaba Yma que en su discografía se encuentran, incluso, un disco de mambo y uno sicodélico titulados "Mambo!" y "Miracles", respectivamente.

Yma aprendió a cantar de los pájaros y de los sonidos de la naturaleza; la música ya venía con ella, dentro de su cuerpo y la fue formando hermosa. Yma ha causado intensas emociones en mí como pocas cosas lo han hecho. Su voz me ha llevado a sentir desde la caricia más suave, pasando por el llanto más sentido y doloroso, hasta la violencia intensa que me eriza la piel. Yma es exótica, es una genuina diva extravagante; ella es rock y muchísimos años de cultura andina mezclados en su voz.