viernes, 11 de diciembre de 2009

Nimiedades

El primer contacto que tuve con el idioma portugués fue en el Show de Xuxa. Ella estrenó el video de la canción A Dança do Coco que aún no estaba en español y me gustó un montón cómo sonaba el idioma. Al siguiente día de eso, en el colegio, en primer o segundo grado; anduve diciendo que podía portugués (ninguno de mis compañeros sabía la existencia del idioma) y les demostraba a todos hablando un español deformado a mi antojo, con un acento como que si estuviera borracho y fricando más las eses. Todos me creyeron. 
1


Estoy comiendo empanadas de leche con azúcar y crema. Me gustan más las de frijoles. Aunque las empanadas rellenas de leche de Mister Donut son bien ricas; tienen el mismo relleno que las donas rellenas. Pero no me gustan las donas rellenas. Ese relleno sólo me gusta en las empanadas. 
2


El pelo no me ha crecido tanto como para hacerme una cola completa. A veces me hago una "media cola" para andar en la casa y me me veo como que ando peinado como amiga confidente de travesti personaje secundario de película de los noventas de Almodóvar. A veces sólo me hago un moñito en la nuca para que me ventile el cuello.  
3


Hoy me di cuenta que nimiedad significa "pequeñez, insignificancia" y, también, "exceso, demasía". No sé cómo usar ya esta palabra. De todas maneras, no la usaba. Otra acepción es "prolijidad, minuciosidad". Prolijidad significa "cualidad de prolijo".
4


Estaba cocinando pescado para cenar y, de repente, vi que un gato se había metido a la casa.
5


Un muchacho me contó (a mí y a otros) que hay un hechizo —o cunjuro (no sé bien el término)— para poder ver el rostro que uno tuvo en la vida anterior. Se hace el conjuro —o hechizo— y después, se busca un espejo donde uno verá la cara de un desconocido de una época lejana. El muchacho hizo el conjuro, pero no pudo verse al espejo por temor. En las noches, cuando camino por la casa a oscuras y paso frente un espejo, recuerdo siempre ésto.
6

Arthur Rimbaud escribió en un tren, exactamente ciento quince años antes de que yo naciera, un siete de octubre de mil ochocientos setenta, un poema titulado SOÑADO PARA EL INVIERNO. Arthur Rimbaud escribió en Abisinia, exactamente ciento un años antes de que yo naciera, un siete de octubre de mil ochocientos ochenta y cuatro, una carta a su familia contándoles sobre planes de negocios en una colonia francesa y describiéndoles cómo eran esos lugares de África.

7


Muchas vibraciones llegan hasta aquí: desde la carretera cercana, desde los aviones que busca el aeropuerto, desde los fuegos artificiales característicos de esta época, desde los epicentros de los temblores. Muchos ruidos llegan hasta aquí, a la casa. Puedo pasar horas adivinando qué los origina.
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Post pendejo.

9 comentarios:

Raúl Marín dijo...

Ijjjj, Rimbaud. Le soy fans, ya me van a dar ganas de llorar otra vez. Y lo del conjuro esta darbs. Ya me va explicar, seguro fui algun cura pedofilo. :P

S0y la Que No Buscas dijo...

:_)

Anónimo dijo...

Sí, con toda razón, las empanadas de frijoles son mejores que las de leche

Sofi dijo...

no conocía tu blog
me encanta :)
me encantan las simplezas

saludos

Nadie dijo...

Anti-Raúl, tan llorón.

S0y la Que No Buscas, :_D

malvadoyin, es una verdad absoluta.

Sofi, muchas gracias y qué gusto verla por aquí. Yo ya he curioseado en sus blogs.

Saludos a todxs.

magus civis mundi dijo...

me encanta la palabra es tan ambigua.

Nadie dijo...

A mi me gusta cómo suena, pero me confunde.

HuelveElena dijo...

Yo también escribí en un tren, pero para un hijueputa

Nadie dijo...

Pero hijueputas también nosotras, Elitan, por andar escribiéndole a hijueputas.