jueves, 13 de mayo de 2010

Fin

Se encontraron un día, los dos. Se dijeron que estaban enamorados el uno del otro y la sonrisa y la felicidad no podía ser más grande. Entre los árboles, entre las gentes, entre dos etapas de la vida y entre el cielo y la grama: los dos. Frente a frente y de ojos a ojos. De las manos, se acercaron y pusieron los pechos cerca, y las rodillas, y la sensación de los penes dentro de la ropa cerca, y los labios. Al suelo cayeron sin poder resistir. La grama los recibió con el color que tiene y su olor. Rodaron, ridículos, ridículas, como si los filmaran para algún comercial de algo. || Uno los detuvo a los dos. Uno quedó encima del otro, abrazándolo con las piernas. Le dijo: creo que podría llegar a necesitarte todos los días desde hoy en adelante. El otro sonrió demasiado y se escapó de las piernas que le apretaban las costillas y corrió perseguido. Uno se aventó sobre el muchacho hermoso que le huía dentro de un juego, tirándolo al suelo entre carcajadas y respiraciones fuertes. El muchacho cayó con la nuca sobre una piedra y se murió [sonido de botella quebrándose].
Foto -que no tiene nada que ver- de Ben Toms.