11 de agosto de 2010

Estos días

Dibujo una línea irregular en mi cabeza, con el trazo de algún dibujante de La sobrevuelo para siempre, hasta que el sueño dura, hasta que la fantasía de deshace. Escribirlas... si contara los minutos que llevo acumulados feliz, sin conflictos de interés acompañando su nombre, joven, feliz, hasta guapo. Siento que me he dedicado a vivir estos días, así de horrible como suena (oye me laegra mucho ke vivas la vida, disfrutala a lo maximo cada día: posible comentario).  desde días atrás repitiendo la acción esa, inútil, llevaría media hora de la vida invertida en tratar de escribir. Ya lo dije. Pedro: ¿Qué era aquello que dije la vez pasada que...? / Nadie: Camembert. / P: No... / N: Dodecafonía. / P: No... / N: Teoría de conspiración. / P: Eso. Así es mi relación con Pedro y está aquí otra vez, como estuvo Esaú también, al mismo tiempo que Pedro, al mismo tiempo que yo, en el mismo espacio en el que tres años habían pasado sin cambiar nada. Voy a decir que He dejado de escribir tanto como hace unas semanas y me he quedado —pajas— en medio de dos cosas que no sé qué son.  si contara los minutos que llevo acumulados desde hace días que me siento frente Claudia Hérodier le preguntó a una amiga mía si «hacíamos el amor» a la computadora, con Blogger abierto, Nueva Entrada, y me quedo pensando, provocando el texto, idiota; concentrándome en las sensaciones, en los impulsos y las pulsiones, tratando de deletrearlas y, o maitros con las orejas peludas que se reúnen con otros a tomar café luciendo anillos de graduación Hanna-Barbera, y la sobrevuelo sin llegar lejos de ella, sin perderla de vista. Y lo dijimos: siento que no ha cambiado nada (tenor, barítono, contratenor al unísono). Y nos pusimos borrachos.  Si me permitiera escribir todas las cosas que sé Sería posible amarlo, aunque sea con amor de hipsterYo, sólo un poco; Pedro, más o menos; Esaú, un montón. Ya nos veremos. Ya veremos pasar a nuestro lado a personas que no somos nosotros tres, y que serán ciegos que venden chicles por Metrocentro de oro, o alguna vendedora de pupusas que pregona «pusa» en vez de la palabra entera, o Katya Carranza en La Gran Vía, o Luis Alvarenga en la UCA —que es diferente al Luis Alvarenga de Facebook: a veces joven, con un niño sobre sus hombros, 
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Este era un texto horrible que no me satisfizo, surgido de la necesidad de escribir algo en este blog.  Terminé cortándole partes del final y pegándolas en medio repetidas veces. Al final, metí al azar frases que he andado estos días repitiendo en mi cabeza. La foto me gusta. El texto final, también.

5 comentarios:

Keviin Riivera dijo...

Chis, podés decir ke es un poema dadaísta!

Keviin Riivera dijo...

ke pendejo, dadaista no lleva tilde y no se ocmo modificar el coment! xD

Anónimo dijo...

A mí no me gusta ni la foto ni el texto :)

Proiectus dijo...

Estaba leyendo este post con el ceño fruncido –y el alma fruncida también–, pero luego me he dado cuenta que es experimental y he concluido que me gusta.

(No es que importe, vaa, yo solamente le comento oie)
(Ah, y la afoto me gustó de ya)

:)

Nadie dijo...

Keviin Riivera, se borra el comentario malo y se pone bien. (: De nada.
Caravantes, y yo no te quiero a vos.
Proiectus, qué bonito que se le frunción el seño y el alma a la vez. Hubiera querido ver eso.