
Tengo cinco días de no bañarme. Tú no tienes nada. Tengo las mañanas besándome las piernas, tengo erecciones matutinas. Yo no tengo novio. Todos los hombres son heterosexuales. Los gays son tontos, son niñas, son activos. ¿Cuánto medía el pene de Cristo? ¿Quién lava las manchas de semen de la ropa interior del papa? ¿Cuántas y quiénes son las personas que han visto a Fernando Sáenz Lacalle desnudo? ¿Podría yo gustarle a alguien? Imagino el olor de la marihuana. Si esta noche me hubieran besado, estaría tan drogado que hubiera dejado el carro sucio de mi papá en cualquier calle y me hubiera metido en un orgía donde los hombres son como mujeres y las mujeres no se sabe qué son. No me remordería la conciencia. Martes es tu día libre. El tuyo también. El mío es la noche. La noche es mi día. El día es un castigo. Mi noche está vacía de hombres. Jamás seré heterosexual. Las bodas de papel. LAS BODAS DE FÍGARO. Mozart y Rossini. TURANDOT de Puccini. Estás ahí, bañado de una tenue luz artificial. Si tuviera un hermano gay, ¿seríamos insestuosos? Si no tuviera escrúpulos, ¿le daría una cachetada a mi mamá? Por un millón de dólares le haría sexo oral al Hermano Toby. Profesora de sexto grado, Señorita Santíos, usted que me hizo saber que existe el sexo anal al ponerlo como una aberración practicada por los homosexuales: GRACIAS; no sabe cuántas fantasías tuve después de eso; vaya usted y, por lo menos, estimule su ano con un dildo y me contará cuán aberrante es, cuando esté boca abajo sobre su cama de viejita, gimiendo, arrugando la cara, frotando su clítoris con sus dedos huesudos. Me gusta él. Me gusta él. Me gusta Él. ¿Cómo verá el mundo la gente que nunca ha tragado semen? ¿Sabe mi abuela que existe la pornografía? Tengo caspa. Tengo un testículo más grande que el otro: todos los hombres, también. Los hombres heterosexuales no saben si son guapos o no. Quiero nadar en la basura. Un día le escupiré en la cara al profesor que más respete. Llegaré a dar clases un día y escribiré en la pizarra con caca de perro un día. Dejaré que mi amante me haga lo que quiera un día y pretenderé ser un cadáver, que me escriba "maricón" en el pecho y me insulte, que me pegue con su pene erecto. Tengo un secreto. Tengo seis días de no bañarme.