24 de noviembre de 2011

Poeta de oficio

Recuerda el momento traspasado, magullado, verborréico del adiós encapsulado cual mandrágora que jamás apareció por la puerta que relincha cual amante, cual cerezo que jamás se marchitó. Succiona de mi labio propedéutico el sutil aroma parsimonio del mañana ennegrecido por crepúsculos y cláusulas del oriente removido del deseo que carcome la sedienta caminata del color de tus pestañas enhebradas y cimbradas como cuando baja la luna desgarrada de dolores musculares, tremebundos, en la casa matricida del fantasma derrocado que la muerte y la nostalgia encumbraron en sus manos como niño sin suspiros que la lumbre del silencio encontró preso en un momento de llanto y desespero horadado de palabras, de falacias, como el hálito raquítico del cenzontle que ha huido de las sotas de los ases...

No hay comentarios: