sábado, 18 de febrero de 2012

Alejandro Guerra

El muchacho en la moto, tras el vidrio de la ventana trasera del taxi en Nicaragua. Viene. Nos sigue. Viene con nosotros, pero no. Alejandro sobre la moto. Camisa floreada o colorida. La luz de su moto se distorsiona en el vidrio entre nosotros y Alejandro, y se ve como una estrella. Iridiscencia. Alejandro sobre una estrella. Anime adaptado a la vida real y camisa floreada.
Veo un poema, lo reconozco en ese momento. En Nicaragua, en Centroamérica y en el mundo sólo yo tengo esta vista. Mis amigas lo ven desde otros ángulos. Pero, desde aquí, sólo yo veo a Alejandro
siempre,
y hoy lo veo en un poema
de una imagen
precisa.
Alejandro, la estrella, las flores y el casco
casi de juguete, y la moto
casi de juguete, y Alejandro
casi hombre,
un muchacho.