sábado, 22 de septiembre de 2012

San Salvador parece ciudad

uno
Sin luz el cine, con trueno. Tic y espera. Por favor, espere. Me siento solo. Me siento solo, pero siempre he estado solo. Abajo los dos brazos del asiento. Apagón, golpe, tic, espera. Cada quien. Cada quien es responsable de sus sentimientos.

dos
San Salvador parece ciudad. Las fugas de agua parecen Legorreta. Aquí este clima es frío y sudan los cuellos bajo bufandas, se abren paraguas en el reflejo de calles mojadas, se salpican botas, se enlodan ruedos. Está el problema de cómo llegar de un lado a otro, siempre; se oye en los celulares. Ciudad que escurre. Ciudad que escurre charco.

tres
Camino cuando cierne. 

cuatro
Oigo el grito al unísono por la ranchera. Imagino el grito olor a cerveza. Temprano, desde las siete, comienza la gente a revisar la basura; no sólo los indigentes, también la señoras con delantal y madre vieja. La Tecnológica rebalsa. Montón de basura del Don Arce. «Cómase esto, mamá». Sobras de pupusas. Montón de basura en la esquina del Banco Central de Reserva. Anciana inclinada hurga con la cara las bolsas blancas y el tufo. Niño huele pega al otro lado, frente al Pollo Real cerrado. No me detengo entre ellos. Sólo paso. Solo paso.

cinco
La calle entre el teatro y Luis Cornejo, cerrada. Decenas de camionetas parqueadas. Camión militar vaciado de soldados esparcidos por la cuadra. Uno solo entre la sombra. Dos cerca que platican. Haría una toma sin corte desde las enormes camionetas hasta la basura y la gente a diez metros. Haría una toma sin corte si trabajara en TVX.

seis
Esto, fotografiado, sería lindo;
pero hiede. 

sábado, 8 de septiembre de 2012

Verga

¿Qué hacés aquí?

Quedate conmigo, contaremos centavos.

Deshará una servilleta la lluvia en tu cabeza, la deshizo.

¿Qué hacemos?
Hablar nada importante.
Ver una mala obra de teatro,
una menos mala
y así…

Cabezas en la esquina, a cada lado de la esquina, recostadas
y grada, video extranjero.

¿Te has fijado en cuántas mujeres musulmanas andan?
Una.

Dos.
Aquí ando yo
y veo el relevo de pareja gay en la mesa del café,
encuentro las palabras tarde,
no le hablo a la mujer sola y triste de al lado,
me grabo,

encuentro tarde los gestos,
enlisto.

¿Qué hacés aquí?
Valgamos verga.

Hablemos borrachos toda la noche
para no acordarnos.
Meté tu mano.
Mirá hacia el techo en la mañana,
la mancha de humedad,
la cuadrícula del piso reflejada.



viernes, 7 de septiembre de 2012

21 21 22 22

Como monstruo esperando el bus.
Hidrante doblado oscuro en la sombra.
Pelusa.
Como monstruo que sea y entre mis dedos sus risos
acondicionados Schwarzkopf.

¿y si ante mí habla?,
¿y si ante mí dice la verdad sobre las gentes?,
¿y si ante mí miente? 
¿ante quién hablará?,
¿ante quién dirá la verdad sobre mí?;
si no es conmigo, ¿ante quién lo dirá? 
y si todos me cuentan sus secretos y confían,
¿ante quién confiarán mis secretos?,
¿ante quién hablarán? 
¿ante quién hablar de mí?

Que sea como monstruo, que hieda.
Que sea humo saliendo de un ano.
Grisáceo.
Que venga.
Tengo la boca abierta,

tengo el pelo en el suelo,
tengo el pelo en una gaveta,
tengo destellos LED,
semáforo en verde en los ojos,
pantalla de celular entre mis manos
—veintiuno, veintiuno, veintidós, veintidós—,
tengo la rodilla raspada;
tengo mis cosas conmigo, saliendo;

los labios salados,
una flema permanente,
bacterias en las axilas,
un diente extranumerario,
rapón de pene,
pelusa.


jueves, 6 de septiembre de 2012

Negro / El Hernández en mí

Acostarse es metáfora.
Dos acostados no pueden estar igual si no quieren estar separados.
Acostarse en contacto.
Habrá el que abrace y se aferre
al tórax del otro, a su vida y compañía.
Habrá el que lo necesite.
Habrá el que reciba el abrazo y lo analizará ligeramente,
verá hacia una esquina como si nada,
como si nada fuera un abrazo
y se rascará la cabeza.
Habrá el que esté más allá del momento y se proyecte siempre.
Entre penumbra, la esquina.
Entre penumbra, un feto de veinte años.
Los ángulos de acostarse no son cómodos.
Salen rodillas y codos
y en esas puntas cae el contacto del otro blando.
Bucar el tórax es sólo querer estar a salvo,
aliviarse para mientras
de los filos de los huesos cerca de la piel.
Sale la quijada.
Que no hieran los huesos el abrazo.
Que no hiera el abrazo en la penumbra.

martes, 4 de septiembre de 2012

Semana o más

Cosas lindas juntos…

Mientras yo me acuesto y una nube al horizonte en mi cabeza, en línea recta, relampaguea.
Traspasa las paredes.
Mientras vigilo,
se aproxima como leche en el té.
Relampaguea.

Todo lo que he hecho hasta la fecha ha sido para esto,
para estar así:
en el suelo.

Abrazo inventado y consuelo. Dos horas de plática de porqué estás en el suelo,
porqué te raspa  y yo veo la salida. Reblogueo.

Cada luz es una nota, cada rastro la sostiene.
El humo es de una sopa. El lugar desconocido.

(No estés triste, porque puede ser.)

La última oportunidad.

Dormir en la banca teniendo nuca a la vista.

Entre luz de altar entre columnas entre la ciudad, azul pálido y amarillo pálido, entre desorden y naves de madera. Obra de teatro. Aureola GIF. Andamio y durapax. Órgano y canto desafinado, risa.

La trascendencia del abrazo.

El último minuto. La última risa.
Última salida. Última Cena.
Última rosa de verano. Última salida.

La flor de un muchacho para un muchacho que vende un niño.

Traspasa la amabilidad trans. Traspasan las muchachas sus bocas. Sólo hay una banca y no es nuestra, pero qué suerte: sólo hay una banca. Nos enmarca la simetría de piernas cruzadas. V. XX. \/. Ventana alta y fantasía. Ventana alta y cielo en la noche. Ventana cerrada. Reflejo gris de patio de cemento en la noche. Fondo. Muchachos se besan y cantan. Muchacho solo se va. Muchacho gordo en una banca teniendo nuca a la vista. Iglesia. Bar. Lugar desconocido y suelo. Las calles. El sol y llueve.

No pienso.
No pienso todos los días.
Último baile.
Último foso.
Último día.