sábado, 30 de mayo de 2009

Esta es la noche... de la música

Esta es la noche para salir de crisis y comprar una casa donde vivir soltero, salir en un carro negro a traer a los amigos a donde estén, comprar boletos aéreos para que otros vengan al país por el fin de semana, reunirse todos resguardados de la lluvia y brindar con la mano izquierda con vasos de plástico por causas tontas http://emo.huhiho.com, mirarse todos a los ojos porque si no caen siete años de mal sexo y reír; estar juntos al rededor de varias bolsas de Churritos, Yuca, Maní Japonés y demás mierda marca Diana, y hablar, hablar, hablar de las clases, de las personas que nos caen mal y por qué http://emo.huhiho.com, de las personas que nos dan risa y por qué, de las películas que hemos visto y que deberíamos ver juntos, etcétera, de los recuerdos de las salidas que hemos hecho juntos, etcétera, de los hombres y de las mujeres, de la música.http://emo.huhiho.com

miércoles, 27 de mayo de 2009

Dos novios, tres ex novios

—Javier (Nadie) ? aqui desde Bolivia
como estas ?
—Hola
¡Qué milagor! Dios existe
—dejate de burreras si existiera tendriamos que desasernos de el*

Un año
desde la última vez que nos comunicamos.
Dos años
desde la última vez que nos vimos.
Tres años
desde que nos conocimos de verdad, desde que dejaste de ser simplemente ese muchacho despeinado y con pecas, que escapamos de San Salvador y de toda la gente que ahí vive, que atravezamos la frontera sin dolor. Tres años desde que te besé entre el techo de tu casa y las estrellas vistas a través del ron. ¿Recordás? Era tu fiesta de disfraces y yo era Jesús resucitado y vos, un chamán. Abajo de nosotros, esa noche, Alxander de Large, un hada, una geisha, Danny Zuko y Sandy Olsson tomaban y bailaban, reían bellísimos y sus risas nos amortiguaban. Nos mantenían arriba.

Hoy
aparecés de repente porque Internet es una deidad y vos vas perdiendo tu fobia a chatear y te das cuenta de que es otro medio de comunicación más. No. No te reduce a señales electrónicas. La perspectiva es otra, es más linda. Te amplía, te agranda y te alarga; te trae otra vez a mí. Aleluya, Internet. Internet omnipontente.

Ah, bueno, estás en Bolivia. ¡Qué lindo! No me imagino pero, a la vez, sí. ¿Mis amigos? Bien. No están muertos, al menos. No. No salgo con alguien y no tengo amores. No me importa. Bueno, depende del día, a veces sí. La cosa es que no me gusta alguien. Porque Nadie soy yo y yo sí me gusto.

—sabes estoy pensando que de cierta manera fuiste mi primer novio*
—entonces voy a pensar que, de alguna manera, fuiste mi novio, también
—esa palaba fue un tabou entre nosotros
—por obvias razones

Si sólo vivimos juntos dos semanas de nuestras vidas. Desde el incio sabíamos que en pocos días nos separaríamos
para siempre. Pasamos casi inconcientes fotografiando con los ojos la cara del otro y los paisajes. En vez de calles teníamos lago; en vez de casa, hostales. En vez de El Salvador teníamos Guatemala. En vez de amigos teníamos críticos ... ... ... ... No importan. No me importan. Me importás vos: punto de quiebre, desvío sin retorno, giro, nacimiento de Cristo. Me importás vos y tus galicismos, tus errores de ortografía y tus sueños. Esos en los que te muestro un espejo y ves tu cara de viejo.

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*(sic)

lunes, 25 de mayo de 2009

Quedarse

En el bus, hoy, ninguna persona se sentó a mi lado.
L a r g a hora de un asiento de dos sólo para mí. Viento entrando por la ventana sólo para mí. Ni un cuerpo que me roce, que invada mi espacio personal y me toque y que recueste sucabeza sobre mi hombro después del desvelo de una noche de mal sexo.

En TCS Noticias, hoy, se veían vacías las calles. Solas las calles, sin basura. Con viento las calles, con Sol y palomas. Tres buses por la Avenida Peralta, dos por la Juan Pablo II.

San Salvador, hoy lunes, deshabitada. Poca gente le camina, sólo un puñado de cientos de miles. Anoche fue el rapto, seguramente. Esa viejita que camina con el canasto ha de ser satánica. Ese niño durmiendo envuelto en un cartón nunca aceptó a Cristo ensucorzóncomosuúnicoysuficientesalvadorpersonal. Yo soy Nadie y ese es mi pecado. Por eso nos hemos quedado.

Dios vino por su iglesia y en este momento se celebran las zoofílicas bodas del cordero de Dios. El salón es de un hotel cuatro estrellas y un combo toca cumbias. Jesús ya está bolo. María le pide que convierta el vino en agua. La esposa está vestida de lino fino, limpio y resplandeciente que será manchado con sangre de vagina... o de ano. Su esposa, la iglesia, está formada por mujeres y hombres, niñas y niños, ancianas y ancianos: poligamia, boda gay, pedofilia.

Anoche fue el rapto.
Ya somos menos en el mundo.
Desde hoy seremos felices. Nosotros
los ateos,
los quedados.

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Estoy agarrando paja con los evangélicos. ¡Que la soquen!

sábado, 23 de mayo de 2009

Cigarros / Evangélico de mentira

Yo no fumo.
Sí tomo alcohol.
Lo único que fumaría regularmente sería marihuana pero es ilegal la babosada.
Ni modo.
Los gobiernos necesitan mantener el narcotráfico.

Porque no fumo, lo que menos me importa es asistir a una fiesta patrocinada por una marca de cigarros donde la música no me gustará y la gente que vaya me caerá mal.
Mucho menos les daría mis datos a las bachilleres contratadas para reclutar asistentes a esas fiestas.

Pero a veces cedo, soy vencido por las cosas que odio y que critico.
Debo admitirlo porque... es verdad.
Paso días sin poder verme la cara.

—¿A ustedes ya los inscribieron en la fiesta [marca de cigarros que no recuerdo]?
—Sí. A mí sí— dijo mi amiga.
—A mí no— dije yo.
—¿Y no le gustaría inscribirse? Va a tener acceso a la fiesta, con bebidas gratis, cigarros. ¿Nunca ha ido a una? Son bien chivas, las hacen en la Feria.
—No, fíjese. Es que mi religión no me lo permite. Soy evangélico. (¡Serví de algo, Dios!)
—Aaah... pero ¿y no me ayuda? Si yo también soy cristiana y ando haciendo esto para trabajar, para pagar unos impuestos.

Puso cara de necesitada o de querer dar lástima y no pude más.
La vi de 5 años, desnuda y buscando comida en un basurero.
Cedí.

Mientras sentía en mi pecho una cosa que podría definir como dolor, le daba mis números, mis nombres, mi dirección, mi dirección de correo electrónico y mis apellidos.

—¿Qué marca de cigarro prefiere?
—Ahí vea usted.
—Bueno. Gracias.
Y me quedé derrotado.

Trato de pensar una nueva estrategia para que no me vuelva a pasar y hoy, días después de ocurrido ésto tan irrelevante, lo logro.
Camino hacia atrás y hablo así, en reversa.
Llego hasta el momento donde se me acercó la mujer y me vuelve a decir:

—Aaah... pero ¿y no me ayuda? Si yo también soy cristiana y ando haciendo esto para trabajar, para pagar unos impuestos.
—¡Mujer impía! ¡Piedra de tropiezo! ¡Sepulcro blanqueado! Mira cómo Jehová Dios tiene todo diseñado y perfectamente predispuesto que te trajo a mí en esta hora para decirte que no peques más, que no hagas pecar a tu prógimo y que vuelvas a tu casa y te guardes, ayuna y ora. Él te proveerá. ÉL. Él. él.

Ante mi sonrisa de Jack Nicholson en THE SHINING, la mujer convulsiona.

miércoles, 13 de mayo de 2009

El techo es la pared

Se da un paso hacia adentro de mi cuarto y no se puede dar otro porque ya hay algo en el piso que lo impide: ropa sucia, cuadernos, cajas, dos lámparas de mesa. La única opción que queda es sentarse o acostarse en la cama que está justo a un lado de la puerta, a la izquierda. Toda otra actividad como agarrar un libro, sacar ropa del clóset o vestirse se tiene que hacer desde ese pequeño espacio en la entrada o sobre la cama. Se escribe acostado en la cama. Se lee así, también.

Ahí, la mayor parte del tiempo se pasa acostado. Es por eso que el verdadero piso de ese cuarto es una pared y el techo, otra. Las paredes reales son el techo, el piso y dos paredes más. Blancas, las paredes. Grises, el techo y el piso. Ahí el orden convencional no existe; quizás, ni la gravedad. La habitación es, por obvias razones, un desorden.

Si uno se sitúa —irremediablemente— desde la entrada, ve al otro lado, en la esquina, un clóset de madera. Tres cinchos cuelgan de la puerta y nunca se usan. A la derecha, pegado a la pared, hay un mueble con cinco gavetas que guarda telas, documentos legales, cuadernos viejos, agujas, incienso, hilo. Sobre ese mueble hay una máquina de coser.

Un poco a la izquierda —como 10 centímetros a la izquierda— hay una mesita negra, bajita, donde varios escritores, vivos y muertos, comparten espacio, de alguna manera. Algunos se llaman Molière, o Salarrué, o Ana María Nafría, o Fernando Vallejo, o Ricardo Lindo. Algunos tienen otros nombres.

A la izquierda de esa mesita queda el clóset del que ya se habló. Pero a la izquierda del clóset está la ventana, siempre cerrada porque no se alcanza a llegar ahí. Tendría que entrar algún huracán que arrasara con todo y que abriera el camino hacia esa ventana. O tendría yo que ser más ordenado. No sé. Sólo se puede verla. No se puede ver a través.

Siguiendo la nada extraviada ruta se llega a la cama. No hay nada extraordinario en ella. Sólo cabe una persona, es blanca. El cubrecama es blanco, las sábanas también. No hay almohadas sobre ella: están en el clóset. Para apreciarla mejor, se puede acostar encima y, así, ver con claridad que el techo, frente a uno, es una pared y el piso, atrás, es otra. Que una pared sobre la cabeza es el techo y otra pared bajo los pies es el piso. Y detrás de la pared que es el techo está el cielo que, desde esta perspectiva, es el mar.

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Otra tarea para mi clase de Redacción. No piense que encuentro mi cuarto como un tema relevante sobre el cual postear. No se atreva a pensarlo.

viernes, 8 de mayo de 2009

Mujer loca

Después de VOLTA, un disco no tan bueno (porque no es pésimo), Björk saca un set de sesiones en vivo de ese disco, con el nombre de VOLTAIC, y me vuelve a enamorar perdidamente. Es que al fin las canciones de VOLTA parecen haber sido llevadas al extremo y, como siempre, ha adaptado sus clásicas canciones al sonido que caracteriza el disco más reciente.



En este blog casi no entra el color. Cuesta. Sólo a Björk se le puede permitir romper las reglas y manchar esta cosa con luces, banderas, su voz, vientos metales, una reactable, batería, beats, un clavicordio y su ropa. Adiós.

lunes, 4 de mayo de 2009